Malena y los camarones
- Marivi
- 23 jul 2020
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 3 ago 2020

Malena llegó a nuestras vidas hace muchos años cuando ayudaba a cuidar a mi suegro durante el tiempo que estuvo enfermo. Luego pasó a trabajar a mi casa dado que no soy muy diestra ni amante de los quehaceres domésticos y para lamento mío, resultó que ¡ella tampoco!
Oriunda de El Seibo, morena y regordeta, Malena siempre tiene una sonrisa en su rostro y es costumbre verla llegar los lunes a casa con dos mangos, una funda de tierra para mis matas, media albahaca moribunda y un sobrecito para matar las cucarachas. Creo que el único sitio donde puede trabajar es con nosotros, pues duerme 2 siestas diarias, limpia cuando se le antoja y cocina muy variado pues nada le sale dos veces de la misma manera; sin embargo, nos quiere y nos añoña y puede durar hasta las 10 de la noche despierta por si alguien quiere un jugo y ahora que descubrió el wifi y youtube ¡ni les cuento!
Los cuentos de Malena son interminables pero este en especial definitivamente está en los Top 10. La conversación surgió más o menos así:
- "¿Malena que cenó Nano?"
- "Oh Doña, el Don cenó camarones"
- "¿Camarones?" ( ¡esto si no es habitual en esta casa!)
- "¿Pero y de dónde salieron esos camarones Malena?"
- "¡Oh Doña! de la despensa donde usted los guarda "- ( ya si estoy desorientada)
- "Sí, mírelos aquí, queda otra caja"
-"Macarrones Malena ¡Macarrones!" - (mirando atónita la caja de Macarroni & Cheese)
Leyendo estas líneas y disfrutando de este cuento ligero, me digo a mí misma que la vida es cuestión de perspectiva. Así que de vez en cuando y de cuando en vez, nos sentamos a la mesa a cenar en familia los "camarones de Malena" disfrutándolos cual exquisito manjar.
Foto tomada de internet para ilustración sin fines comerciales.
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